La llegada de esta pequeña

De repente desde el cielo una luz apareció y de entre las nubes una pequeña bajaba flotando como una pluma. La pequeña no se percataba de nada, y cuando estaba a punto de llegar al suelo abrió sus ojos y el Sol la deslumbro provocando que empezar a llorar sin consuelo. Aterrizo en el suelo de aquel extraño lugar, un bosque de la tierra. Lloraba desconsolada pero no tenía fuerza suficiente para deshacerse de la sabana, la nota aun reposaba sobre su pechito. Movía ferozmente sus manos y piernecitas intentando salir de ahí. Las lágrimas salían a borbotones de sus ojos. Los llantos de la pequeña llegaron a oídos de una persona la cual empezaba a acercase por la foresta ella sentía sus pasos y eso la alarmaba más, no sabía por qué ninguna de sus comadronas venían al rescate a acurrucarla entre sus brazos a darle mimos para que su llanto cesara. Extrañamente cuando la pequeña lo sintió cerca su llanto empezó a bajar de tono era como si algo le dijera no es malo, pero aun así mantente alerta.

Minutos antes en el reino de los cielos…
Por la salvaje foresta de un bosque mágico aquella comadrona que decidió sacarla del colegio para así poder salvar la vida de aquella pequeña corría sin detenerse por un instante, los llantos de la pequeña en al cual las esperanzas de el cielo residían podían empezar a atraer a seres mal recibidos sobre todo en aquel momento. La comadrona llegó con aquel preciado paquete a un lago, un lago mágico pues era la puerta hacia la tierra. La comadrona se iba aventurar a ir a la tierra con aquel bebe pero el miedo le podía así que decidió enviarlo sola y rezar por que cayera en buenas manos, junto con el bebe adjunto una nota:

¨Por favor aquel que encuentre a esta pequeña, cuídela con amor, pues ella solo da amor. En estos tiempos de guerra ella es la muestra de que la esperanza no se ha perdido. La vida aun puede surgir desde las cenizas. Esta pequeña es la prueba de ello. Yo no la puedo cuidar pues los ángeles de alas negras nos están persiguiendo, la quieren para sus fines. Cuídela por favor es la poca esperanza que queda en el reino de los cielos, se la confiamos a usted cuídela por favor, cuídela…
Por cierto no tiene nombre ha sido uno de nuestros fallos ¨

Y así fue como la esperanza del reino de los cielos llegó a la tierra esperando ser salvada por algún buen samaritano el cual la cuidará. Pues ella era la muestra que aunque el mundo fuera patas arriba, el mal triunfará y el sol se apagará ,siempre abría una luz la cual iluminaría los corazones y diera esperanzas al hombre.

Me encontraba dentro del reino Hikari paseando por uno de sus frondosos bosques, esos bosque bellos y tan llenos de paz. Iva por el bosque ya que no tenia nada mejor que hacer que dar un gran paseo y que mejor lugar para dar un paseo solitario.
Iva pasenado en paz, dandole vueltas a mis pensamientos, entres los que se encontraban las clases que impartia, la guerra y un pequeño asunto que habia pasado el otro día, algo que es bastante secreto por así decirlo. Como bien dige, iva en paz con mis pensamientos, asta que la paz que tenia se rompio por el llanto de lo que parecia ser un bebe. Empece a buscar de donde procedian los llantos, pero claro, con tanta espesura solo podia giarme por mi oido y esperar a tener suerte a para encontrar al bebe entre tanta espesura.
Mientras notaba como me iva acercando por como el llanto se escuchaba más fuerte, yo iva resbuscando entre los arbustos asta que encontre a una pequeña embuelta en unas sabanas y rodeada de maleza.
-Con que eras tu la que lloraba tan fuerte ¿eh pequeña?
-¿Pero qué ser sin alma te puede haber abandonado en este bosque?- Dige mientras me acercaba a ella. Cuando me acerque lo suficiente vi como tenia una nota encima de las sabanas. Cogí a la pequeña y a la carta y mientras mecia a la pequeña para que dejara de llorar, estaba leyendo la carta.
-Con que así estan las cosas, ellos te persiguen, pos yo me cupare de que no te hagan daño, yo te cuidare pequeñita.
-Y ya que no tienes nombre, ¿qué te parece si te llamo Evelin? Es un nombre bonito.

El ser que se acerco ante los llantos de aquella pequeña no era otro que un hombre bastante robusto y de apariencia ruda. La pequeña se asusto al verle y aumento sus llantos, pero, aquel hombre no le hico nada. La acurruco entre sus brazos para que se calmara, la pequeñina miraba aquel robusto ser con los ajos cristalinos y su pequeña boquita abierta. Se metió la mano en la boca y empezó a babear mientras miraba a aquel hombre. Con la manita libre intento alcanzar la mano del hombre la cual sujetaba la carta, sus pequeños deditos los cuales son lograban agarrar nada, daban tumbos en el aire buscando algo en lo que apoyarse. Ella sin embargo no se rendía y intentaba alcanzara la mano de aquel hombre. Cuando el hombre se dirigió a ella llamándola por un nombre Evelyn. Ella se quedó quieta con la mano en alto y miro al hombre, de sus labios empezó a brotar poco a poco una sonrisa que pronto se convertiría en una carcajada infantil dulce y llena de inocencia. Con las manos alzadas y agitándolas efusivamente al igual que sus piececitos le demostraba a aquel hombre que le encantaba su nombre. Luego miro a aquel hombre sacando la puntita de su lengua aun con la sonrisa, para luego meterse de nuevo los dedillos en el interior de su boca. Siguió con una mano alzada y la otra metida movía su cabecita en busca del calor que el regazo de aquel hombre le entregaba. Extrañamente la pequeña no tenía miedo de aquel hombre todo lo contrario se sentía súper cómoda en sus brazos muestra de ello era que no le quitaba los ojos de encima y en ellos lo que se podía atisbar era felicidad, gratitud y afecto.

Al decirle a la pequeña el nombre de Evelin, la pequeña solto una carcajada tipica de los niños pequeñitos. En ese momento yo me rei al ver como soltaba su carcajada de bebe. Desde que la habia cogido la pequeña habia dejado de llorar y parecia más contenta, lo que me alegraba.
-Me parece que te vas a llamar así, te llamaras Evelin.
-Desde que estas en mis brazos estas más tranquila ¿estas a gusto chiquitina?
-La verdad es que eres bastante bonita Evelin. A partir de ahora supongo que soy tu papa *sonrisa*, pero por desgracia no tienes mama por el momento.
-¿Qué hago contandole esto a una niña? seguro que no entiende ni la mitad de lo que le digo, pero aun asi me gustaria que tubiera alguna madre y un padre de verdad, ahora tengo que cuidar de ella como si fuera su verdadero padre.
Despues de eso aparecieron unos hombres que me digeron- Danos a la niña y no te aremos nada.
-Así que vosotros sois los que vais detras de la pequeña. No os la entregare.
Dicho eso deje a la pequeña en una rama para ponerla a salbo de mi ataque y poniendo mi mano en el suelo dige:
-Ice age.
Al decir eso libere mi poder haciendo que congelara todo el suelo y con el tambien a varios arboles y a los enemigos.

El hombre decidió al final ponerle aquel bonito nombre, aquel pequeño ser verdaderamente no entendía nada de lo que él decía. Se dedicaba a intentar lograr su propósito coger al mano del grandullón y seguir con la mano en la boca. Ante la llegada de dos hombre la pequeña dirigía su mirada hacia ellos pero lo único que hico fue comenzar a chillar de nuevo y a llorar. El hombre la puso sobre unas ramas y este uso su poder, al parecer podía crear hielo. La pequeña miro a aquel hombre y desde su posición empezó a moverse para intentar huir de ahí, al final cayó de la rama, pero involuntariamente gracias a su poder una rama la agarro antes de que cayera. La rama la dejo en brazos de aquel hombre y antes de retirarse para volver a su posición inicial le acaricio el rostro a la pequeña haciendo que esta soltará una carcajada y la sabana la cual ella tenía la dejo encima del hombro derecho del hombre. La pequeña al estar ahora solo con un camisón blanco puro su piel pudo tomar contacto con la de aquel hombre y algo extraño ocurrió. De repente la piernecita y la mano de aquel hombre tomaron un tono azulado. La pequeña poseía una habilidad que solo los pequeños ángeles poseían la de adquirir habilidades a partir de su entorno para así de esta manera poder defenderse mejor. Eso fue lo que ella hico inconscientemente había copiado las habilidades de aquel hombre para ser precisos la de poder crear hielo. Aquel hombre solo podría sentir como su piel se ponía de gallina. Los enemigos empezaban a descongelarse y a mostrar su verdadero aspecto eran sirvientes de los ángeles oscuros, humanos que habían sucumbido en la oscuridad y ahora solo podían obedecer las órdenes de aquel que le había convertido. La pequeña se vio asustada y grito, de esta manera desprendió una intensa luz a la cual los enemigos sucumbieron entre gritos. Se volvieron polvo.

La pequeña lloraba ahora n los brazos del hombre y con sus manitas juntas lloraba con estas debajo de su barbilla y se movía hasta aquel logro poner la cabeza mirando hacia el torso del hombre.

Aquel hombre que había salvado su vida se quedo atónito, la pequeña lloraba y el hombre reacciono intentando calmarla. Esta pequeña seguía con sus llantos agudos para posteriormente ir bajando la intensidad hasta que se quedo calladita. Sus ojos se veían irritados, su cara roja y por sus mejillas cruzaban dos pequeñas líneas muestras de su llanto. Su expresión un se mostraba tristona.

De repente su llanto dio paso a una expresión que nos e sabría describir muy bien, luego su ropa se vio manchada, se había orinado encima, no poseía pañales y llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Luego empezó a sollozar otra vez, se notaba sucia e incómoda. Sollozaba mientras sus mofletes se tornaron rosados, tal vez debido a que sintiera algo de vergüenza. Pataleaba algo histérica. La pequeña estaba sucia necesitaba un baño, cobijo y alimento.